sábado, 1 de noviembre de 2008

Mandalas


Mi hija es una enamorada de los Mandalas. Con ella comencé a prestarles más atención. Nunca se puede perder la posibilidad de descubrir mundos con los niños, siempre te ofrecen puntos de vista completamente diferentes a los ya estructurados por los adultos. Ella sin saberlo me invitó a este viaje tan lleno de colores, formas y luces. Acepté tirarme por ese tobogán. Puedo decirles que sigue siendo un placer. Observando a mi hija, comprendí que ella al pintar Mandalas lograba estar “a solas” con su alma, que su cretividad afloraba sin límites, que los colores bailaban.
¿Cuándo los adultos no tomamos ese tiempo?
Confirmé que estamos metidos en un laberinto que no es siempre fácil encontrar la salida. No le quito importancia a todas las responsabilidades que asumimos, no argumento encontrar razones para evadirse, pero si darnos un espacio, un tiempo. Justamente es la única manera de salir sano de la vorágine de compromisos que debemos llevar adelante. Hemos perdido contacto con ese punto, ese centro, y por esa razón sucumbimos en el mundo que nos rodea muchas veces, que nos aleja lamentablemente de nuestra esencia más pura.
Al recibir la visita inesperada, una vez más de mi amiga, confirmé con el tema que esta vez abordamos, que es así. Cuando abandonamos nuestra esencia para hacer todo correcto dentro de los patrones previstos y la mayoría de las veces esperados por los demás, perdemos el rumbo. No pasa mucho tiempo y comenzamos a sentir que algo no anda bien, insatisfacción, perdemos la paciencia, somos irritantes. Mi amiga siempre dedicada a los demás, dispuesta, alerta, para responder a las necesidades ajenas. ¿Como puede ser que este así, si lo tengo todo? Me preguntó. A su vez argumentaba, ”tengo una familia sana, tres hijos maravillosos, no nos falta nada, podemos permitirnos hacer vacaciones. Sin embargo, hay momentos que solo puedo llorar, la angustia me atrapa". Simplemente le pregunté: ¿qué haces para ti, por ti?, ¿cuanto tiempo dedicas hacer algo que solo implique estar contigo?. “No tengo tiempo en el día para dedicarme.” Eso debes cambiar. El resto tampoco funciona si tu no estas bien. Házlo por ti. Al tu estar bien, se refleja en los demás. Todo comienza a girar de otra manera.
Una vez más les hago una invitación, busquen sus Mandalas en sus vidas, pintar, cantar, bailar, escribir, interpretar...cada uno tiene su arte de llegar a ese centro maravilloso, infinito e irrepetible que reside en cada uno.

*Foto:Pintora Uruguaya, Agó Páez Vilaró.

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