lunes, 29 de junio de 2009

Naranjas bajo el sol. ( I )

Agradecida estoy por cada gota de sangre. Así comenzaba su intento de contarme lo que estaba viviendo. Laura, mi amiga, y yo, vivimos en continentes diferentes. Hay mucha distancia en kilómetros que nos separa, pero ella sabe estar, se impone ante el posible obstáculo del espacio y tiempo. Pues así, con esas palabras empezaba su e-mail. Esta vez de forma contundente, logró atraparme en su relato de lo que le estaba pasando. Con retraso, pero la evidencia había llegado. Su e-mail, relataba minuciosamente, lo que habían sido esos diez días de espera. Te confieso que hasta me avergüenza, me decía. Puede no contárselo a nadie, pero me pesaba mucho en el alma. Sé que tal vez es hasta cobarde, la manera que elijo para dejarlo libre. Sabemos que tiene su precio, esto de hablar sin mirarse a los ojos. Somos expertas ya, luego de tanto tiempo, ensayando esta amistad a la distancia. De todos modos me es válido. Significa, una cantidad de energía importante, contarte, todo esto que le ha pasado a mi cuerpo y que tanto ha afectado a mi alma. Mi ansiedad crecía, con cada palabra. Reconocía su angustia. La distancia tiene esas cosas positivas, uno agudiza los sentidos. La imposibilidad del encuentro, hace posible aprender a percibir en la lejanía. Nunca, deseé tanto mi período como esta vez, agregaba. El pánico de que no viniera, fue pavoroso. Imagina. Asumo lo que digo. Tanto, que duele escribirlo. Tal vez por ello, lo hago, porque debo vivirlo así. Sigo apostando a la vida. Eso es claro para mi. Justamente esa apuesta, es a la que más miedo le tenía. Un hijo es siempre un regalo. Sin olvidar, que nosotros debemos intentar a toda costa, también serlo para ellos. Todo esto me ha exigido, un proceso interno, elocuente, agudo. Al pasar los días descubro que se está transformado en un parto. Duele, pero es un fruto, hace bien.

Las distancias, lijan muchas asperezas, y a la vez engaña, en el sentido que todo se vuelve más bonito, agradable. Se elimina la vista directa, perdemos el objetivismo de lo inmediato, obvio, latente. Vemos, solo, lo que queremos ver. Es una manera de protegerse contra posibles verdades que lastiman. Esas que a toda costa queremos siempre evitar. Pese a ello, era imposible no reconocer, el proceso que estaba viviendo Laura. Me permitía casi palpar su angustia. En esos instantes, la ausencia duele. La imposibilidad del abrazo genera la impotencia de lo no vivido. Por otro lado, afirmo, hay seres que saben estar en la ausencia, a diferencia de los que están siempre, sin saber estar. Consuela, saberlo. Porque hubiera dado mucho por tener a Laura entre mis brazos, escuchar su voz, compartir en vivo y en directo su pesar.


Continuará...

viernes, 5 de junio de 2009

Buscamos.

Idea Vilariño, falleció el 17 de abril de 2009, también en Montevideo como Mario Benedetti. También de la generación del 45.
Un fenómeno se vuelve a repetir. ¿Porqué esperamos a perder las cosas, a que se marchen o nos dejen, para dedicarle tiempo? ¿Porqué nos seduce tanto el cómodo saber que tenemos todo nuestro alcance ? Debemos sentir la pérdida para comprender que nada es para siempre...
Su libro de poesía se sumo a mi lectura en estas semanas. En el rito inevitable de intentar retener lo que se fue. En realidad, se cumple con veracidad la realidad de que nada se va, mientras permitamos que se quede.

BUSCAMOS
Buscamos
cada noche
con esfuerzo
entre tierras pesadas y asfixiantes
ese liviano pájaro de luz
que arde y se nos escapa
en un gemido.
Idea Vilariño (1920-2009)