sábado, 27 de febrero de 2010

Carajo!


No debería ser así. De todas maneras pasa muchas veces. Determinadas personas son una pieza clave del puzzle. De la cual gran parte del resto se nutren. Hay etapas que ser esa pieza imprescindible, es formidable. En el sentido que uno acompaña, escucha, complace, ayuda, cura, hace, cocina, comprende, remienda .... y podría seguir...
Hay otras etapas también, en que uno llega a detestar ese lugar "privilegiado", que lo cambiaría gustosamente. Momentos en que saldría corriendo en cualquier dirección, lo importante es, lejos.
Situaciones en que hablando mal y pronto con ganas todo lo mandaríamos al mismo carajo.
La sensación de estar atrapado no ayuda. Hay veces que el tiempo solo se estira en meses muy duros, en que uno tiene que ser fuerte en todos sus frentes. No es mi estilo irme, huir. Pero aquí y ahora es lo que haría. Irme para volver con un poco de paz interna para afrontar el tronar exterior. Son muchas preocupaciones paralelas. La lucha constante, ese estar incondicional para los demás, consume mucha energía. Está en mi natura dar, pero necesito nutrirme también.
No aguanto más las reglas, las normas, las obligaciones, porque me falta un poco de locura para equilibar todo eso. Hablo de "La" locura, de sentirse imperiosamente vivo.