martes, 31 de marzo de 2009

Un ratico...

Los colombianos utilizan esta expresión, y casi me animo a decir que solo ellos deberían pronunciarlo, porque esa palabra solo con ese acento es armoniosa.
Entre mi acostumbrada montaña de papeles, encontré en uno de ellos lo siguiente: " Mujer enigmática, que en principio asusta y crea distancia, pero en realidad esconde pasiones, que solamente trasmite a través de un código, que solamente pocos saben interpretar...de esa dama de tiempos perdidos."
Me pareció una belleza, cuando lo leí por primera vez, y me sigue pareciendo cada vez que lo leo.
En momentos de tanto cansancio, cuando lo único que quieres es vacaciones, dejarte ir con un libro, con un paisaje, con el mar, cosas así te salvan. Te salvan de caer, en el peor de los enemigos, la rutina, las preocupaciones, las cuentas a pagar, las distancias, todo eso que es tan real y tangente. Nos da fuerza, de no dejar de creer que lo no tangible es igual de real o más verdadero. Lo que sentimos.
No podemos escapar de lo que hemos construido, no es el fin. El punto es saber estar. Ese es el desafío, estar por completo en todos los mundos y sub mundos que hemos creado. Es la única manera de mantenerse vivo.
Mientras escribo escucho, La vida es un ratico, canta un Colombiano, por supuesto, con una de las miradas más intensas que conozco.

lunes, 2 de marzo de 2009

La ventana.

Nada describe mejor mi actualidad, como esta imagen de "La muchacha en la ventana", que Dalí pintó en 1925 en su etapa formativa, cuando no se apreciaba aún el surrealismo en su pintura.
Personas diferentes, en momentos distintos y cada una de manera muy particular me regalaron esta obra. La última me permite tenerla conmigo siempre, verla todos los días, y a pesar de ello descubrir siempre algo nuevo y disfrutarla cada vez más.
Esa contemplación, ese horizonte que recibe ese millón de pensamientos, esa brisa que invita a sentirse más liviano. Esos colores tenues y azulados, que refrescan como el agua. Esa ventana abierta a los paisajes de la vida. Ese silencio aparente. Esa soledad buscada.