viernes, 25 de abril de 2008

Ángeles

En una conversación entre amigas, una de ellas, que le tocó enfrentarse ante la posibilidad de la muerte, nos confesó que un día llegó a sus manos un libro que hablaba de los ángeles. Con gran escepticismo lo leyó nos aclaró. Con sus ojos llenos de lágrimas nos dijo: “Al terminarlo algo se había movido dentro de mi. Pedí a mis ángeles ayuda. Y la recibí.”

Me conmovió profundamente todo lo que hablamos. Escuchar su experiencia fue revitalizante en muchos aspectos. El primero, debemos estar siempre agradecidos por lo que ya tenemos. El segundo, la vida es ahora.

Como si fuera poco, hoy toco a mi puerta un ángel... Estamos rodeados de milagros, solo hay que verlos. Gracias!

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