jueves, 17 de abril de 2008

G.G.M.

Terminé de leer el libro El amor en los tiempos de cólera. Gabriel García Márquez sigue siendo una invitación para recorrer lugares infinitos. Hay mucho para decir de lo leído. De todas maneras elegí esta parte, porque creo que mucho de lo que me gustó de este libro está muy sutilmente incluído en estas pocas palabras.

"Luego miró a Florentino Ariza, su dominio invencible, su amor impávido, y lo asustó la sospecha tardía de que es la vida, más que la muerte, la que no tiene límites."

Sigo con él, ahora con Memoria de mis putas tristes. Me tiene por estos tiempos atrapada. No puedo dejarlo. Aquí en una parte escribe:

"Descubrí que mi obsesión de que cada cosa estuviera en su puesto, cada asunto en su tiempo, cada palabra en su estilo, no era el premio merecido de una mente en orden, sino al contrario, todo un sistema de simulación inventado por mí para ocultar el desorden de mi naturaleza"

Brillante, verdad?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Quedan pocos como Florentino Ariza. Si es que todavía existen....

Magdalena - © by Magdalena dijo...

La personalidad de Ariza tiene un sin fin de espectros. Uno de ellos es el amor incondicional hacia Fermina a trávez del tiempo y contra todas las adversidades. En este sentido si, quedan pocos como él.