viernes, 4 de julio de 2008

Feliz Cumpleaños

Desde siempre para este caso tan particular, un torbellino se instaló en mi interior y me es difícil encontrar las palabras para expresar ese sentir.

En el libro El paso y la espera de Mamerto Menapache, encontré el alivio de ese expresar. No son mías las palabras pero lo que dice y como lo dice se acerca mucho a mi sentir.

Felipe, una vez más para ti.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Cuando un árbol se va del patio familiar, deja en pie un gran hueco de luz.

Para quien no compartió nada con él, allí simplemente no hay nada. En cambio, para los que se cobijaron a su sombra o compartieron su presencia rica en recuerdos, ese hueco de cielo abierto lo vuelve a hacer presente en cada amanecer.

Buscándolo, nuestros ojos tropiezan quizá con una estrella lejana que se ha quedado en el cielo, náufraga de la noche que ahora se ha vuelto día.

Es posible que muchas cosas cambien. La vida se renueva en cada etapa. Nunca acampa junto a una tumba. Allí está sólo el rastrojo de la verdadera semilla que volverá a florecer donde la siembren.

Nadie es reemplazado. El misterio personal es irrepetible. Pero lo que uno supo entregar, eso perdura, porque Dios es fiel con sus amigos. Y la gloria de Dios, es la vida del hombre.

Cuando queremos retener lo que está destinado a terminar, nos impedimos acompañar lo que perdura. Quien quiera retener la vida en esta etapa, la pierde. Quien la sabe entregar, le permite que viva para siempre.

Pero no podemos negar que la ausencia duele. El dolor y las lágrimas que acompañan a un ser querido que ha terminado su camino entre nosotros, son simplemente la señal del cariño con que hemos compartido su vida.


No hay comentarios: